PAN DE LECHE CON MIEL Y NUECES

 


PAN DE LECHE CON MIEL Y NUECES

Esté receta es de uno amigo mío de Rumania, típica para el día de 9 de marzo - Martirios (Mucenici). Se prepara de esté manera en varias regiones y precisamente solo en esté día. Se acostumbra repartir por las casas de los familiares y amigos. Es un costumbre que se respeta cada año. Se trata de la religión ortodoxa.

El pan es de un sabor delicioso y aromático. Después de cocer en el horno se pincela la parte de arriba con miel y se espolvorea con nueces picadas.  Siempre la masa se prepara de la misma forma, antes de meter en el horno, como una cifra del numero ocho (8). 

Las porciones depende de cada uno como quiere que sea de grande. Me salió veinte cuatro porciones, suficiente una - dos panecillos para una persona. Se puede comer como desayuno, merienda o como postre.

Subiré otra receta de Mucenici de Rumania, que se prepara de otra forma, pero igual de buena, aun que muy diferente que se puede come con la cucharada. La receta con huevos es para cuando no es la cuaresma de la semana Santa y la segunda para cuando es la Cuaresma de la Semana Santa. Depende como se adelanta o tarda la Semana Santa.

Cada país tienen sus costumbres, sus raíces en la cocina tradicional. Lo importante es no dejar perder esto, seguir preparando estas recetas, para disfrutar en la familia. A los niños les encanta en modo especial. No cambie nada en preparación de  la receta, respete en totalidad los pasos y los ingredientes. Es una receta autentica de la región de Moldova y Transilvania.

En la preparación se utiliza la levadura fresca y harina de buena calidad. Como aromas solo piel de limón y de naranja ralladas y algunas veces esencilla de ron. Lo importante es el amasado y la fermentación de la masa.

Porciones: 24 

Tiempo: 50 minutos

INGREDIENTES:

1 taza leche (200 ml.)

1/2 taza aceite de girasol (100 ml.)

2 huevos grandes para la masa

2 cucharadas colmadas soperas azúcar blanco

1 pastilla levadura fresca de panadería

la piel rallada de un limón

la piel rallada de una naranja

1 cucharadita sal fina

500 gr. harina de buena calidad

miel de mil flores para el toque final

nueces picadas para rebozar la parte untada con miel

yema de huevo con 2 cucharadas de leche para pincelar los panecillos

PREPARACIÓN:

En un cazo, verter la leche, las dos cucharadas de azúcar blanco y la piel rallada de naranja y de limón. Asentar el cazo sobre fuego y dejar calentar poco a poco, sin dejar de remover al principio para que se disuelven el azúcar. Cuando esté a punto de ebullición, apartar el cazo del fuego.

En un bol pequeño, verter como medio vasito de leche aromatizado y dejar templar. Agregar la levadura fresca y dos cucharadas de harina. Mezclar bien y dejar levar un ratito. Si la leche estará demasiado caliente, cortara la levadura, mucho cuidado con esto.

En un recipiente, agregar la harina pasada por un colador y la sal. Remover bien los ingredientes. Hacer un hueco en medio de la harina y agregar el levado del bol. Empezar a remover con toda la harina. Poco a poco incorporar los dos huevos en la leche restante emulsionado bien, mientras seguir removiendo bien. Por último mientras vas amasando la masa, añadir poco a poco el aceite de girasol templado, hasta la incorporación total. Tapar la masa con un paño de cocina y dejar levar una hora a un lugar cálido.


Yo he tenido que cascar las nuez para sacar las nueces y después picar muy fino. También podéis utilizar una picadora pero cuidado que no pican demasiado las nueces.


Pasado la hora de fermentar, colocar la masa sobre la superficie de trabajo y volver a amasar para sacar el aire. Cortar la masa en veinte cuatro porciones. Cada porción se debe volver a amasar y darle forma de rulo de tan forma para cuando la sobreponerlas que pueda tomar la forma de cifra ocho. Proceder de la misma forma con todos los trozos de la masa. Cuando ya tienes los panecillos listos, acomodar en una bandeja apta para el horno y dejar levar treinta minutos más.

Con diez minutos antes de meter los panecillos en el horno, encenderla a ciento ochenta grados. Mientras se calienta el horno, pasar una brocha con yema mezclada con la leche por la superficie de cada panecillo.

Meter la bandeja en el horno para veinte - treinta minutos, o hasta que esté bien doraditos. Vigilar el horno mejor para asegurarte que no se quemen o se queden crudos por dentro. Cuando estén listos, sacar en un recipiente.

Cuando los panecillos estén fríos, untar con la miel por la superficie y pasar por la nueces picadas.  Guardar uno a lado de otro unas horas.

Para servir, simplemente acomodar uno o dos panecillos en platos individuales y sírvelas como postre, como desayuno o merienda acompañados de una taza de leche o bebida vegetal u un zumo natural casero.


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