TORRIJAS CASERAS EN ESTILO SEVILLANO
TORRIJAS CASERAS EN ESTILO SEVILLANO
Las torrijas es un postre tradicional de España. Este vez he participado al reto #weekendtour y hemos parado a Sevilla. Cada región tiene su forma de preparar las torrijas. Yo me deje llevar por mi imaginación, y la verdad es que no me arrepiento de nada, salió para chuparse los dedos.
Las torrijas salió jugosas por dentro y crujientes por afuera. Las matices de el anís estrellado con la canela, la piel de naranja y limón, te llena la boca de sabores. Y el toque de chocolate blanco a mejorado aún más el sabor. Estoy muy contenta de estas torrijas, os recomiendo sin ninguna duda.
Yo utilice pan baguette, no era de muy buena calidad, pero si tenéis la oportunidad, comprar un buen pan para las torrijas. Esto es muy importante para que salga esponjosas. Este torrijas ha salido bien, pero me gustaba aún que salga un poco más esponjosas.
La receta es muy fácil de hacer y lleva pocos ingredientes. La receta de torrijas original se prepara diferente. Después de infusionar la leche, se hidrata el pan y después se pasa por los huevos batidos, antes de freír. Yo elegí esté variante, para que los huevos penetre la miga del pan junto con la leche infusionada.
Porciones: 12
Tiempo: 30 minutos
INGREDIENTES:
1 bara de pan del día anterior
4 huevos
500 ml. leche
3 cucharadas colmadas azúcar blanco
1 anís estrellado
1 bastoncillo de canela
piel de un limón pequeño
piel de una naranja mediana
aceite de girasol para freír
100 gr. chocolate blanco para el toque final
menta para la decoración
PREPARACIÓN:
En primer lugar cortar el baguette de pan del día anterior en rebanadas gruesas.
Verter la leche en un cazo y agregar las tres cucharadas de azúcar blanco, el anís estrellado, la piel de limón y naranja y el bastoncillo de canela. Remover bien hasta que el azúcar esté disuelto. Dejar infusionar la leche diez minutos. Pasados los diez minutos apagar el fuego.
Seguidamente, cascar los huevos en un recipiente hondo y emulsionar bien con un tenedor. Seguir añadiendo poco a poco la leche pasado por un colador.
Acomodar las rebanadas de pan sobre una bandeja una al lado de otra. Verter por encima la mezcla de huevo con la leche. Dejar hidratar hasta que la corteza se pone blanda. Escurrir la leche con los huevos sobrante antes de empezar a freír.
Verter abundante aceite de girasol en una sartén y dejar calentar. Freír a fugo bajo, por tandas las rebanadas de pan empapadas por los dos lados, hasta que no burbuja la leche en la superficie. Sacar en una fuente con papel de cocina. Por dentro debe quedar jugosas y por fuera crujientes. Cogerá un color un poco obscuro pero no te preocupes, así debe estar.
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